
Un estudio de la Universidad Humboldt de Berlín encontró que el cerebro suprime la visión de objetos que se mueven al mismo ritmo que las sacadas oculares, lo que limita la velocidad de lo que podemos ver. Los investigadores demostraron que cuando un estímulo visual se mueve al mismo ritmo y dirección que nuestras propias sacadas, ese estímulo se vuelve invisible. El líder del estudio, Martin Rolfs, explicó que la percepción visual depende tanto de los sensores (los ojos) como de los movimientos que afectan lo que esos sensores reciben. Esto podría tener aplicaciones en deportes, videojuegos y otros campos.