
El Síndrome de Kessler, propuesto en 1978 por Donald J. Kessler y Burton Cour-Palais, describe una reacción en cadena de colisiones entre basura espacial en la órbita baja terrestre, generando más fragmentos y una barrera impenetrable. La humanidad ha lanzado miles de satélites y cohetes sin recuperarlos, lo que ha llevado a una densidad y peligrosidad crecientes en las órbitas. El proceso podría dividirse en tres etapas: disfunciones y anomalías, desmantelamiento de satélites y daños severos, y una cascada incontrolable de colisiones. Si no se actúa, la órbita baja se volverá demasiado riesgosa y la humanidad quedaría atrapada en la Tierra. La solución requiere un enfoque global y urgente basado en prevención, mitigación y limpieza activa.