
Un estudio ha encontrado que el aumento de temperaturas y concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera puede favorecer la absorción de arsénico en los cultivos de arroz, lo que podría implicar un aumento en la presencia de este elemento en los platos elaborados a partir de este cereal. El equipo responsable del estudio analizó 28 variedades de arroz y estimó que hacia el año 2050, el aumento en la concentración de arsénico podría afectar de forma especial a la población en Asia, donde el arroz representa una porción más elevada del alimento consumido. El estudio sugiere que esto podría elevar significativamente la incidencia de enfermedades cardiacas, diabetes y otros efectos no cancerígenos. Se estima que China podría ver más de 13 millones de nuevos casos de cáncer asociados a la exposición al arsénico.