
Un estudio ha mostrado cómo el lanzar anclas está destruyendo ecosistemas en la Antártida, que tardaron miles de años en formarse. Las imágenes en alta definición del fondo marino antártico muestran surcos profundos, sedimentos removidos y esponjas aplastadas. Los daños más notables se localizaron en el puerto Yankee, donde colonias de esponjas cactus quedaron reducidas a escombros. La esponja volcánica gigante, que puede vivir más de 15.000 años, fue hallada a pocos metros de las zonas dañadas. Los investigadores proponen soluciones técnicas urgentes, como crear una base de datos pública de fondeos y establecer amarres fijos en las zonas más transitadas.