
Un estudio publicado en Frontiers in Conservation Science ha documentado por primera vez los efectos devastadores que las anclas de barcos están provocando en el lecho marino de la Antártida. Los investigadores grabaron imágenes en 4K de zonas arrasadas por el anclaje, en las que la biodiversidad había sido prácticamente eliminada. Se identificaron daños en el puerto Yankee, donde una colonia de esponjas cactus aparecía destruida. El ecosistema antártico se caracteriza por una biodiversidad única y extraordinariamente longeva, con especies como la esponja volcánica gigante que puede alcanzar hasta dos metros de altura y vivir más de 15.000 años. En la temporada 2022-2023, se contabilizaron más de 70.000 visitantes a bordo de 70 barcos turísticos, además de otros 52 buques de investigación y varias decenas de yates privados. Los autores proponen medidas concretas para mitigar el daño ambiental, como la creación de una base de datos pública de fondeos y el uso extendido de sistemas de posicionamiento dinámico