
Un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences analizó dientes fósiles de cerdos hallados en yacimientos del sur de China, encontrando restos de arroz cocido, tubérculos y otras sobras humanas. El equipo, dirigido por Jiajing Wang, identificó 240 gránulos de almidón en 32 muestras distintas, lo que indica que estos animales accedían de forma habitual a los alimentos de los asentamientos humanos. La dieta de los cerdos se transformó, y con el tiempo, su comportamiento cambió, haciéndose menos agresivos y más sociables. La domesticación avanzó sin que el humano la buscara, sino porque el cerdo se adaptó al entorno creado por las primeras aldeas agrícolas.