
En redes sociales como TikTok e Instagram, abundan vídeos que prometen revelar trastornos mentales ocultos o dar un diagnóstico con base en anécdotas cotidianas. Esto ha llevado a una moda de autodiagnóstico, donde usuarios, especialmente jóvenes, creen tener un trastorno solo porque reconocen un rasgo propio en esos clips. La psicóloga Claudia Pradas advierte que confundimos anécdotas con criterios clínicos y que un solo síntoma o experiencia compartida en redes no basta para definir un trastorno. Las redes pueden ser aliadas para visibilizar la salud mental, pero no sustituyen la evaluación profesional.