
El ejercicio físico regular aumenta la producción de BDNF, una proteína que ayuda a fortalecer las neuronas, y modula neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, lo que reduce la sintomatología asociada a trastornos afectivos. Un estudio de la Universidad de Columbia encontró que personas que se ejercitan al menos tres veces por semana tienen un 34% menos de riesgo de desarrollar depresión. La edad también influye, y en personas mayores de 55 años, caminar a paso moderado tres veces por semana puede aumentar el volumen del hipocampo en un 2%. La ciencia certifica los beneficios de la actividad física, pero esfuerzos muy prolongados pueden tener efectos diferentes, como una disminución temporal en la mielina, una sustancia del cerebro que ayuda a transmitir señales nerviosas.