
Los cohetes tienen forma alargada y cilíndrica debido a la necesidad de superar la atmósfera densa y la gravedad, mientras que las naves espaciales de la ficción pueden tener formas redondas debido a la libertad creativa y tecnologías hipotéticas. La aerodinámica eficiente, los tanques de combustible presurizados, la estabilidad en vuelo y la optimización masa/empuje son factores clave en el diseño de cohetes. En la ficción, se pueden encontrar naves con propulsión más allá de lo conocido, gravedad artificial por rotación, campos de fuerza y protección simétrica. SpaceX no intentaría construir un platillo volante debido a la resistencia en la atmósfera y complicaciones estructurales. La ciencia y la ficción pueden caminar en paralelo, inspirando a generaciones de ingenieros y científicos.