
La ciencia distingue dos tipos de cosquillas: gargalesis y knismesis. Los gatos no experimentan gargalesis, pero pueden sentir knismesis, un cosquilleo sutil que provoca que su piel se contraiga. Las zonas del cuerpo de un gato donde una caricia o un roce leve pueden provocar una respuesta automática incluyen la espalda, especialmente cerca de la base de la cola. Los gatos pueden disfrutar de una forma leve de 'cosquilleo' si se realiza en las zonas que asocian con el contacto afectivo, como el mentón, las mejillas o detrás de las orejas. Es fundamental reconocer el lenguaje corporal del gato para saber si está disfrutando de las caricias o si algo le incomoda.