
Un equipo de arqueólogos ha descubierto tres tumbas de 1.500 años de antigüedad en Tel Malata, Israel, que contienen objetos funerarios de excepcional rareza, como colgantes tallados en ébano de Ceilán y hueso con detalles faciales que muestran claramente rasgos africanos. Los investigadores creen que los individuos enterrados podrían haber sido africanos o descendientes de africanos convertidos al cristianismo y asentados en la región durante la época bizantino-romana. Las tumbas contienen objetos como un brazalete de bronce, recipientes de vidrio y jarras de alabastro. El hallazgo sugiere que en la región convivieron diferentes etnias y culturas, incluyendo comunidades africanas cristianizadas que llegaron por vía terrestre o marítima desde regiones situadas al sur del Sáhara.