
Un equipo de científicos liderado por la paleontóloga Yara Haridy ha publicado un estudio en Nature que cambia la historia evolutiva de los dientes. Según sus hallazgos, los dientes no nacieron en la boca, sino en la piel de peces acorazados sin mandíbula, hace más de 460 millones de años. Estas estructuras primitivas no solo eran duras, sino que también eran sensibles y podrían haber servido originalmente como órganos sensoriales. El estudio demuestra que la dentina no apareció dentro de la boca, sino fuera del cuerpo, en un exoesqueleto que servía tanto de protección como de antena sensorial. Los fósiles clave se hallaron en especies como Eriptychius y Astraspis, vertebrados del Ordovícico medio, hace unos 460 millones de años.