
Un joven macho capuchino llamado Joker inició una tendencia fatal en la isla Jicarón, frente a las costas de Panamá, secuestrando bebés de otra especie, los monos aulladores. La investigadora Zoë Goldsborough descubrió que Joker y otros cuatro machos capuchinos llevaron 11 crías de aullador durante 15 meses, lo que resultó en la muerte de cuatro crías por desnutrición. Los capuchinos eran amables con las crías, pero no podían producir leche, lo que llevó a la desnutrición. La causa de esta conducta no está clara, pero se cree que puede ser debido a la interacción amable de Joker con los bebés aulladores o a su posición social en el grupo.