
La agricultura regenerativa es un movimiento ideológico carente de criterios científicos, según expertos como Ken Giller y Rachael Garrett. La Unión Europea está incorporando esta práctica a sus políticas agrícolas, pese a que no hay estudios que demuestren su eficacia. La agricultura regenerativa se enfoca en el secuestro de carbono en suelos, pero su potencial es modesto y temporal. La UE está restringiendo el uso de fertilizantes y pesticidas, y vinculando las ayudas de la PAC a la rotación de cultivos y mantenimiento de cubiertas vegetales.