
Un apagón en España y Portugal, conocido como el 'gran apagón verde', se produjo debido a un fallo encadenado de varios sistemas en un contexto de alta penetración renovable, con una caída brusca del voltaje que desconectó cerca de 15 gigavatios, aproximadamente el 60% del consumo de la demanda eléctrica. La falta de inercia y la dependencia de Portugal del suministro español agravaron el problema. El debate se centra en cómo gestionar la transición energética sin comprometer la estabilidad del sistema, con opciones como la integración con Europa, el almacenamiento y el desarrollo de tecnologías como la inercia sintética.