
Sonia Monar, madre de Carlos, un joven de 18 años con tetraparesia espástica, parálisis cerebral del 100% y síndrome de West, relata su vida como cuidadora informal. Carlos depende absolutamente de su familia y requiere atención constante. Sonia denuncia la falta de recursos y apoyos reales por parte de las administraciones. La familia ha tenido que reinventarse, y Sonia ha renunciado a proyectos personales. Pide más plazas concertadas en centros de día y más personal en aulas para niños con necesidades extremas. Su hija mayor, Cristina, de 22 años, ha sido un pilar en el cuidado de Carlos. Sonia asegura que no cambiaría a su hijo por nada y que su vida gira en torno a él.