
La subvariante NB.1.8.1 del Covid-19, relacionada con Ómicron, se propaga rápidamente sin levantar sospechas. Detectada en enero de 2025, representa actualmente más del 10% de las muestras globales, siendo dominante en China y Hong Kong. La OMS la incluyó en su lista de variantes bajo vigilancia. Los síntomas no difieren significativamente de los conocidos, pero su rápida propagación y mutaciones que podrían mejorar su capacidad para infectar células humanas son motivo de preocupación. Las vacunas actuales siguen siendo eficaces para prevenir cuadros graves, pero se sospecha que su capacidad para evitar infecciones sintomáticas puede haberse reducido.