
Comenzar el día con claridad mental y dirección puede marcar la diferencia entre una jornada dispersa y una productiva. La psicología sugiere que apenas abrimos los ojos, dediquemos unos instantes a definir qué queremos lograr durante el día. Activar el cuerpo con movimiento breve, hidratar el organismo bebiendo un vaso de agua, no mirar la pantalla del celular durante al menos 30 minutos y dedicar unos minutos a cuidar la salud mental son hábitos que pueden potenciar el bienestar desde que abrimos los ojos. Estos hábitos incluyen despertar con intención, realizar ejercicios de estiramiento o una caminata ligera, beber agua con limón y practicar afirmaciones positivas o meditación.