
Un estudio publicado en The New England Journal of Medicine, conocido como CHALLENGE, involucró a 889 pacientes con cáncer de colon en fases II y III de alto riesgo durante 17 años. La mitad de los participantes siguió un programa estructurado de ejercicio durante tres años, mientras que la otra mitad recibió solo material educativo sobre hábitos saludables. Los resultados mostraron que quienes practicaron ejercicio presentaron una supervivencia libre de enfermedad del 80,3%, frente al 73,9% del grupo control, y una supervivencia global del 90,3% frente a 83,2%, con una reducción del 28% en el riesgo de recaída, nuevo tumor o muerte. El estudio sugiere que el ejercicio puede ser considerado una terapia oncológica formal y que su incorporación en el tratamiento médico podría mejorar los resultados para los pacientes con cáncer.