
El yogur congelado, también conocido como yogur bark, ha ganado popularidad como una opción saludable al helado tradicional. Sin embargo, la ciencia indica que el proceso de congelación puede alterar algunas de las funciones del yogur, como la supervivencia de las cepas probióticas. Además, muchos yogures disponibles en el mercado contienen altos niveles de azúcares añadidos, edulcorantes artificiales, saborizantes y espesantes, lo que puede hacer que el yogur congelado sea más calórico que una ración moderada de helado tradicional. La respuesta está en el equilibrio, comer un helado o yogur congelado no es necesariamente malo si se integra en una dieta saludable y equilibrada.