
Un estudio analiza cómo la cantidad y el tipo de proteína consumida por personas mayores con enfermedades crónicas influye en su riesgo de fragilidad y muerte. La muestra se basó en datos de adultos mayores de 60 años en España, con un consumo medio de 1,23 gramos de proteína por kilo de peso al día. Se encontró que una mayor ingesta de proteínas procedentes del pescado se asoció con menor riesgo de fragilidad, mientras que una mayor ingesta de proteínas vegetales se asoció con menor mortalidad. Sin embargo, en personas ya frágiles, una alta ingesta de proteínas se relacionó con mayor riesgo de muerte. El estudio sugiere que el equilibrio entre cantidad, origen y calidad de la proteína es esencial para promover un envejecimiento más saludable.