
Un equipo de investigadores ha descubierto que el picante puede ayudar a ingerir menos calorías, ya que la sensación de ardor hace que los participantes coman más despacio y, por tanto, coman menos. En un estudio con 130 personas, se prepararon distintas versiones de un mismo plato con diferentes niveles de picante, y se grabó a los participantes durante la comida para monitorizar su conducta. Los resultados mostraron que los participantes comían menos y más despacio cuando la comida era más picante. El estudio se publicó en la revista Food Quality and Preference.