
La risa en situaciones serias puede ser un mecanismo involuntario para aliviar tensiones internas, según la doctora Carla Lickerman. Un estudio de la Universidad de Yale confirma que el cerebro humano responde de forma paradójica ante estímulos emocionales intensos. Investigadores del Behavioral Science Institute en Holanda sostienen que algunas personas desarrollan este patrón como una estrategia emocional para lidiar con entornos poco empáticos. La risa puede ser una máscara emocional aprendida desde la infancia para ocultar vulnerabilidades.