
Un padre pavo real se caracteriza por su necesidad incesante de reconocimiento, utilizando a sus hijos como símbolos de su éxito. Esto puede generar efectos emocionales negativos en los hijos, como autoestima frágil, pérdida del yo auténtico, relaciones disfuncionales y ansiedad. Existen dos formas principales de narcisismo parental: grandioso y vulnerable. La sanación y reconstrucción de la identidad es posible mediante la terapia y el establecimiento de límites.