
Comer fruta con piel puede ser beneficioso para la salud, ya que la piel de muchas frutas y verduras concentra más nutrientes que la pulpa. Un ejemplo claro es que una manzana con piel puede contener hasta un 115% más de vitamina C que sin ella. La fibra y los antioxidantes también se concentran en la piel, lo que puede ayudar a controlar el apetito y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La tendencia de comer fruta con piel empezó como una rareza, pero ahora es respaldada por expertos. La Cleveland Clinic confirma que la piel del kiwi es rica en fibra y vitamina E, aunque se recomienda optar por variedades de piel fina. No todas las cáscaras son iguales, algunas como las del melón, piña o aguacate son demasiado duras, mientras que otras como las de manzana, ciruela o berenjena son perfectamente seguras.