
Comer frutas con piel puede ser beneficioso para la salud, ya que las cáscaras suelen concentrar más nutrientes que la pulpa. Un análisis de Heathline encontró que las manzanas crudas con piel contienen un 115% más de vitamina C que sin ella. Además, las cáscaras contienen gran parte de la fibra total de la fruta o verdura, lo que ayuda a reducir el apetito y estimular hormonas que promueven la saciedad. Los antioxidantes también se encuentran mayoritariamente en la piel, lo que ayuda a combatir el daño celular y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, no todas las pieles son comestibles, y algunas pueden ser tóxicas si se consumen en exceso.