
En Islandia, se encontraron rocas de Groenlandia que sugieren un evento climático extremo alrededor del año 540 d.C., coincidiendo con la Pequeña Edad de Hielo de la Antigüedad Tardía. Este evento, provocado por tres grandes erupciones volcánicas, pudo haber acelerado el colapso del Imperio Romano debido a cambios ambientales repentinos, migraciones masivas y desequilibrios económicos. El estudio, realizado por universidades del Reino Unido, Canadá y China, utilizó análisis de minerales como el circón para rastrear el origen de los fragmentos.