
Tres monedas de bronce del siglo XII encontradas en la isla de Ibo, en el archipiélago de las Quirimbas, revelan una conexión inesperada con el cinturón cuprífero del Congo. El análisis isotópico muestra que el metal con el que fueron acuñadas probablemente procede del Congo. Las monedas fueron encontradas junto a cuentas de vidrio, fragmentos de cerámica islámica, piezas de hierro y una cuenta de oro. El hallazgo sugiere la existencia de rutas terrestres activas y profundas entre el interior del continente y su costa oriental ya en el siglo XII.