
Una investigación de la Universidad de Cambridge en 1984 reveló que los genes relacionados con la inteligencia se transmiten con mayor probabilidad a través del cromosoma X, es decir, de la madre. Los hijos tienen más posibilidades de heredar estos genes de sus madres debido a que las mujeres poseen dos cromosomas X. El entorno emocional y factores como la educación, nutrición y estimulación temprana también influyen en el desarrollo de la inteligencia.