
Un equipo internacional ha descubierto vida microbiana en una roca de 2.000 millones de años en el Complejo Ígneo de Bushveld, Sudáfrica. Los microorganismos han sobrevivido en un entorno sin oxígeno, sin luz solar y sin nutrientes comunes, generando energía química a través de la interacción con hierro y agua. El hallazgo es el más antiguo de vida microbiana viable en una formación geológica terrestre y tiene implicaciones para la búsqueda de vida extraterrestre.