
Un estudio realizado por científicos planetarios de las universidades de Brown y Berna ha analizado más de 86.000 imágenes orbitales de Marte y cartografiado más de medio millón de vetas, concluyendo que estas misteriosas rayas no están asociadas a procesos húmedos, sino a actividad eólica y movimientos secos de polvo. El análisis geoestadístico mostró que las vetas no suelen estar asociadas a factores que sugieran un origen líquido o helado, como una orientación específica de la ladera, fluctuaciones elevadas de la temperatura superficial o alta humedad. En cambio, el estudio descubrió que son más propensas a formarse en lugares con velocidades del viento y deposición de polvo superiores a la media. Los investigadores concluyen que las vetas probablemente se forman cuando capas de polvo fino se deslizan repentinamente por las laderas empinadas. La NASA prefiere mantener las distancias con los posibles entornos habitables, pero si estas zonas marcianas no albergan agua, el riesgo de contaminación biológica se reduce, abriendo la puerta a exploraciones más directas.