
Las Montañas de Guadalupe esconden los vestigios de un mar olvidado y formas de vida que existieron hace entre 300 y 250 millones de años, durante el Período Pérmico. El territorio que hoy ocupan el oeste de Texas y el sur de Nuevo México se encontraba sumergido bajo un mar interior poco profundo, en el supercontinente Pangea. El Arrecife Capitán, un enorme arrecife, quedó sepultado bajo capas de sedimentos y permaneció enterrado hasta que fuerzas tectónicas elevaron las rocas hacia el cielo. Hoy, esta maravilla geológica forma parte del Parque Nacional de las Montañas de Guadalupe, establecido en 1972, y se extiende también hacia el Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad. El Capitán, un acantilado de piedra caliza de 305 metros de altura, muestra el arrecife fósil en todo su esplendor. El Pico Guadalupe alcanza los 2667 metros, siendo el punto más alto de Texas.