
Los tiburones no tienen pulmones y respiran mediante branquias, pero su nariz, llamada narina, es crucial para detectar presas y sobrevivir. Las narinas están diseñadas para oler y captan señales químicas del entorno con precisión. Los tiburones pueden detectar concentraciones de sustancias tan diluidas como una parte por diez mil millones. Su sistema de navegación y sensor de contexto les permite anticipar la presencia de alimento, pareja o peligro a distancias considerables. La combinación de múltiples sentidos, como la audición, visión y electrorrecepción, hace que los tiburones sean depredadores eficientes y versátiles.