
Un estudio publicado en Nature Ecology & Evolution presenta el primer análisis de ADN antiguo extraído en Papúa Nueva Guinea y en el archipiélago de Bismarck, lo que permite reconstruir una historia más rica y compleja de lo que se conocía hasta ahora. Los investigadores consiguieron analizar restos humanos de entre 500 y más de 2.000 años de antigüedad, lo que ha abierto una ventana directa al pasado. En la isla de Watom, se hallaron restos humanos que muestran únicamente ascendencia papú, pese a haberse fechado varios siglos después de la llegada de la cultura Lapita. El estudio sugiere que las influencias genéticas de la expansión austronesia no se consolidaron en la región hasta mucho después de su llegada material. Un descubrimiento adicional viene de los restos de un individuo enterrado en las Islas Marianas hace más de 2.000 años, cuyo ADN indica un origen no en Papúa, sino en el sudeste asiático insular.