
El psicólogo Xavier Molina señala que la queja constante puede ser un mecanismo de defensa y un patrón de comportamiento conocido como victimismo crónico, que afecta la percepción de la realidad y genera un impacto negativo en la vida social, profesional y afectiva. Se identifican cuatro rasgos clave: distorsión de la realidad, lamento constante, búsqueda continua de culpables y falta de autocrítica. La psicoterapia y el enfoque cognitivo-conductual pueden ayudar a modificar estos esquemas mentales.