
La fibromialgia es una enfermedad crónica que afecta más a las mujeres que a los hombres, según los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de España. La alimentación juega un papel importante en la fibromialgia, ya que las personas con esta enfermedad tienen necesidades más elevadas de minerales como el calcio, el magnesio y el selenio, así como de algunas vitaminas como la A. Los nutricionistas recomiendan comer alimentos frescos y naturales como frutas y verduras, pescado rico en ácidos grasos como el Omega-3, carne blanca, frutos secos y semillas, hierbas y especias, y granos ricos en fibras. Es importante evitar el glutamato, el aspartamo y derivados, limitar la cafeína y reducir la ingesta de gluten. El 7% de las personas con fibromialgia también tienen alguna alergia o intolerancia.