
La terapeuta Anna Lancaster sugiere que generar emociones positivas, ejercitar la gratitud, cambiar el diálogo interno, replantear las recompensas rápidas y volver a los vínculos reales pueden mejorar la felicidad. Algunas prácticas como escribir tres cosas positivas al final del día pueden equilibrar la balanza emocional y mejorar la resiliencia. La experta también propone empezar el día sin estímulos artificiales y apostar por actividades más nutritivas.