
Un estudio liderado por la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) encontró que mantenerse intelectualmente inquieto puede ser un factor crucial en la prevención del deterioro cognitivo. La curiosidad de estado, que se enciende ante preguntas concretas o temas que nos resultan llamativos, puede activarse en personas que no se consideran particularmente curiosas. El estudio midió la curiosidad en una muestra de participantes de entre 20 y 84 años y encontró que la curiosidad de estado tendía a crecer a partir de la mediana edad. El autor principal del estudio, Alan Castel, sugiere que cultivar la curiosidad podría ser uno de los hábitos más poderosos para mantener la mente despierta a lo largo de toda la vida.