
Investigaciones recientes revelan que ciertos patrones alimenticios comunes pueden alterar profundamente los niveles de colesterol LDL y aumentar riesgos silenciosos. Alimentos como carnes rojas, frituras, productos de panadería industrial, embutidos y carnes procesadas, aceite y leche de coco, y bebidas azucaradas pueden ser perjudiciales. La Harvard Health recomienda limitar el consumo de carnes rojas y preferir opciones magras. El Instituto Nacional de Salud de EE.UU. asocia el azúcar con un aumento leve pero significativo de LDL.