
Las enfermedades parasitarias afectan a miles de millones de personas en todo el planeta, con el Toxoplasma gondii presente en un tercio de la población mundial y la malaria causando más de 600.000 muertes en 2022. Las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) afectan a más de mil millones de personas y están estrechamente vinculadas a condiciones de pobreza. El cambio climático y la globalización están modificando la distribución geográfica de muchos parásitos, extendiéndolos a regiones donde antes eran desconocidos. Aunque existen métodos no farmacológicos útiles, su implementación requiere inversiones elevadas y no ofrece resultados inmediatos. La ciencia avanza, pero no lo suficiente, y se necesitan tratamientos antiparasitarios más seguros, eficaces, asequibles y sostenibles.