
La vida está llena de luces y sombras, y cuando se suman entornos y situaciones tóxicas, todo parece insoportable. Sin embargo, surge la fuerza de la nada, el coraje y motivación ante el peligro. Se valora lo sencillo y se instaura un alto nivel de resiliencia. En hospitales, se encuentra conexión con otros que viven situaciones de angustia y surgen nuevos amigos. La experiencia en hospitales públicos es integral y abarca todas las especialidades y pruebas, mientras que la experiencia en privados es nefasta. La autora prefiere una silla y auténticos profesionales a una cama y ducha con nula atención médica.