
El estrés es un proceso natural de adaptación al medio que compartimos con animales y plantas. La malnutrición deja rastro en los huesos largos en forma de estrías, llamadas líneas de Harris. El estrés constante puede llevar a desajustes físicos, ansiedad, ira y depresión. La crisis sanitaria del SARS-CoV-2 ha contribuido a agudizar estos trastornos. El personal sanitario presenta un alto riesgo de trastornos mentales, con un 28,1% de depresión, 22,5% de trastorno por ansiedad y 6% de abuso de sustancias. El apoyo social es fundamental para afrontar el estrés, y se recomienda entrenar la mente, descansar y llevar una buena alimentación. La microbiota intestinal y el sueño también juegan un papel importante en la regulación del estrés.