
Un estudio liderado por R. Brose ha demostrado que ciertas supernovas pueden acelerar partículas hasta 1 PeV en solo unos meses, superando al LHC. Esto se debe a la interacción entre la onda de choque y las capas de gas eyectadas antes de la explosión, que puede producirse en los primeros 140 días tras el estallido. Solo alrededor del 5% de las supernovas de colapso del núcleo cumplen con estas características, pero su contribución podría ser clave para explicar el origen de los rayos cósmicos más energéticos.