
Un estudio dirigido por Bruce A. Weinberg analizó datos de Nobel en física, química y medicina desde 1901 hasta 2003 y encontró que los científicos que trabajaron en más de una institución o cambiaron de ciudad comenzaron su trabajo premiado con el Nobel hasta 2,6 años antes que quienes permanecieron en un solo lugar. La exposición a nuevos entornos favorece combinaciones inéditas de ideas, lo que se conoce como innovación recombinante. El estudio sugiere que la movilidad acorta el camino hacia el descubrimiento y que incluso cambios modestos en ubicación pueden generar impacto, como mudarse cada dos años, lo que acorta el camino hacia una investigación premiada en dos años.