
En 1976, la misión Viking de la NASA encontró largas y oscuras líneas en la superficie de Marte. Un estudio reciente de las Universidades Brown y de Berna utilizó inteligencia artificial para analizar más de 86.000 imágenes satelitales y concluyó que estas líneas probablemente sean marcas dejadas por el viento y el polvo, y no por corrientes de agua. Los investigadores entrenaron un algoritmo con datos de observaciones confirmadas y encontraron que las líneas suelen desarrollarse en áreas con vientos muy fuertes y deposición de polvo. Esto tiene implicaciones importantes para la futura exploración de Marte y la búsqueda de vida extraterrestre. Los científicos planetarios Valentin Bickel y Adomas Valantinas explican que el estudio ayuda a descartar hipótesis y a planificar futuras misiones de manera más efectiva.