
Un objeto situado a 16.000 años luz emite pulsos de radio y rayos X con una frecuencia constante de 44 minutos, lo que no encaja con ningún fenómeno conocido. La científica Jocelyn Bell descubrió en 1967 el primer púlsar, una estrella de neutrones que gira a gran velocidad. Los púlsares y sistemas binarios emiten señales periódicas, pero nada coincide con lo detectado en este nuevo caso. El radiotelescopio ASKAP en Australia captó la señal, que se repite también en rayos X, lo que sugiere que podría pertenecer a una categoría completamente nueva.