
Un estudio basado en observaciones del telescopio espacial James Webb sugiere que los agujeros negros fueron los primeros grandes protagonistas del universo, actuando como catalizadores en la formación de las primeras galaxias. Según el profesor Joseph Silk, los agujeros negros no surgieron como consecuencia del colapso de estrellas supermasivas, sino que funcionaron como un enorme amplificador de estrellas, acelerando el surgimiento de estructuras luminosas. Esto ocurrió apenas 50 millones de años después del Big Bang.