
Investigadores han logrado crear un 'arcoíris acústico', una estructura capaz de descomponer el sonido en sus diferentes frecuencias y direccionarlas en distintas direcciones espaciales. Utilizando una técnica llamada morfogénesis computacional, diseñaron estructuras impresas en 3D que manipulan la propagación del sonido sin necesidad de sistemas activos ni electrónica. El dispositivo, construido con un único material rígido, puede separar el sonido en frecuencias agudas y graves, propagándolas en ángulos diferentes. En un experimento, se demostró que la dirección del lóbulo principal de emisión varía continuamente de -50° a +50° conforme la frecuencia pasa de 7,6 a 12,8 kHz. La eficiencia energética del sistema supera el 100% en términos relativos. Estos hallazgos tienen posibles aplicaciones en acústica arquitectónica, dispositivos de audio, sensores y tecnologías de realidad aumentada.