
Un detector sobre el hielo antártico ha captado señales de radio que desafían las leyes conocidas de la física. El experimento ANITA, que consiste en una serie de antenas instaladas en un globo que vuela entre 30 y 40 kilómetros de altura sobre la Antártida, detectó señales de radio que parecían venir no del cielo, sino del interior de la Tierra. Estas señales no mostraban la inversión de polaridad que debería aparecer si se tratara de un reflejo. Un equipo internacional intentó verificar esas señales desde tierra, usando el observatorio Pierre Auger en Argentina, y encontró solo un evento compatible, que está dentro del margen de error del ruido de fondo. La física de partículas predice que una señal así podría originarse si un neutrino extremadamente energético atravesara la Tierra y, justo al salir por el hielo antártico, generara una cascada de partículas en dirección ascendente. Sin embargo, la probabilidad de que un neutrino cruce 7000 kilómetros de roca sin interactuar es prácticamente nula. Se han propuesto otras hipótesis, como fenómenos de propagación desconocidos o efectos geomagnéticos poco comprendidos. Incluso se ha llegado a especular con la posibilidad de nuevas partículas aún no descritas por el modelo estándar.