
El 29 de abril, el presidente Pedro Sánchez declaró que las centrales nucleares fueron un problema durante el apagón total de la red eléctrica española. Sin embargo, solo tres de los siete reactores nucleares estaban apagados en ese momento, mientras que los otros cuatro estaban operando con normalidad. Los sistemas de seguridad se activaron automáticamente para garantizar una parada segura, y los generadores diésel autónomos se encendieron para mantener la refrigeración del núcleo del reactor. Una semana después del apagón, no hay motivos sólidos para concluir que las centrales nucleares españolas hayan puesto en peligro la seguridad.